Lavar o no lavar el pavo?


Por Donna Karlsons del Servicio de Inocuidad e Inspección del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por su sigla en inglés)

Lavar cualquier cosa lo hace más limpio y seguro, ¿verdad?

Lave sus manos, ¡pero NO el pavo! Los consumidores piensan que lavar sus pavos ha de remover las bacterias y hacerlos más seguros. Sin embargo, resulta virtualmente imposible lavar la bacteria del ave. 


Sin embargo, los fluidos que salpican durante el lavado pueden transferir bacteria a superficies de su cocina, otros alimentos y utensilios. Esto es llamado “contaminación cruzada”, lo cual puede enfermarle mucho a usted y a sus invitados. 

Lavar cualquier cosa lo hace más limpio y seguro, ¿verdad?

El lavarse sus manos antes y después de manejar su pavo y su empaque es crucial para evitar propagar la bacterias dañinas.

Asegúrese de lavarse las manos con agua tibia y jabonosa por 20 segundos. Este simple, pero importante paso, puede ayudarle a usted y sus invitados a mantenerse libres de enfermedades causadas por contaminación de alimentos. Si su pavo crudo o sus jugos entran en contacto con superficies de la cocina, lave los topes de los mostradores y los fregaderos con agua caliente y agua enjabonada. Para mayor protección, las superficies deben ser desinfectadas con una solución de una cucharadita de cloro líquido, sin aroma, por cada galón de agua. Asegúrese de permitir que estas áreas se sequen adecuadamente.

La única forma de destruir la bacteria en su pavo es cocinándolo a una temperatura interna mínima de 165 °F medido con un termómetro de alimentos. Algunos “chefs” (cocineros) prefieren cocinar a temperaturas mayores para fines de sabor y textura. Por lo tanto, usted no necesita lavar su pavo, pero sí va a necesitar un termómetro el Día de Acción de Gracias. Recuerde  verificar la temperatura en la parte más profunda de la cadera, ala, y la parte más densa de la pechuga, para asegurarse de que esté libre de bacterias causantes de enfermedades.